ARTE AFRICANO

En primer lugar y para evitar confusiones debemos aclarar que al hablar de arte africano, nos referimos concretamente a las artes visuales con origen en el África subsahariana.

Se incluyen disciplinas como la escultura, la pintura, la cerámica, el arte rupestre, los textiles, las máscaras, la decoración y ornamentación personal.

Esto a su vez significa que las representaciones artísticas como los jeroglíficos y artefactos egipcios no son considerados arte tribal africano.

Es difícil resumir las características del arte étnico africano dada la amplia variedad de formas y prácticas. El intento puede dar lugar a afirmaciones que bien se podrían aplicar al arte occidental. No obstante, en nuestro artículo 5 Elementos Básicos del Arte Africano encontrarás mención a una serie de características del arte africano que resultan inconfundibles.

Una parte del arte tradicional africano tiene valor como entretenimiento; otra tiene un significado político o ideológico; otra es instrumental en un contexto ritual; y otra tiene valor estético en sí misma. Lo más frecuente es que una obra de arte africana combine varios o todos estos elementos.

También es necesario aclarar algunas ideas equivocadas sobre el arte africano precolonial. Los intelectuales occidentales establecen que las obras de arte son simplemente artefactos hechos con la intención de poseer un valor estético, y en ese sentido el arte, que incluiría tanto la artesanía como las obras de arte, se encontraría efectivamente por toda África.

Pese a ello, el arte africano debe entenderse mediante la investigación y comprensión de los valores estéticos locales y no mediante la imposición de categorías de origen externo. La noción popular de arte en occidente es muy diferente, pues se cree que se limita a máscaras, el colorido local y poco más.

Durante el primer periodo de interés europeo por el arte africano, de los artefactos coleccionables, algunos de los cuales (piezas de escultura, por ejemplo) encajaban perfectamente en la categoría de bellas artes, mientras que otros (como los textiles y la cerámica) se desestimaban como artesanía. 

Por mucho tiempo se presumió que la pintura en África no existía de forma significativa, en gran parte porque se encontraba sobre la piel de los cuerpos humanos, en las paredes de las casas y en las paredes de las rocas, nada de lo cual era coleccionable. Está claro que el campo estético en África no es tan limitado.

Otro error es pensar que en Occidente el arte se crea por el arte, mientras que en el África precolonial el arte era únicamente funcional. El motivo de la creación de cualquier obra de arte es inevitablemente complejo, tanto en África como en otros lugares, y el hecho de que la mayoría de los artefactos esculpidos conocidos en África se hicieran con algún uso práctico en mente (ya sea para fines rituales o de otro tipo) no significa que no pudieran ser valorados simultáneamente como fuentes de placer estético.

También se suele suponer que el artista africano está limitado por la tradición, lo que contrasta con la libertad que tiene el artista occidental. Pero, aunque hay tradiciones artísticas en las que las expectativas de los mecenas exigen la repetición de una forma establecida en el arte africano, también hay tradiciones de origen precolonial que exigen un alto nivel de originalidad inventiva -por ejemplo, el tejido de seda Asante y el bordado de rafia Kuba. Hay otras tradiciones en las que una forma estándar puede ser embellecida tan elaboradamente como lo desee el artista o el mecenas. Lo importante es que determinadas tradiciones fomentan la creatividad.