Tanto si eres un recién llegado a este blog como si eres uno de nuestros asiduos visitantes, ya habrás descubierto que el arte étnico africano es un valor al alza. En los últimos años, obras talladas y cuadros están llamando la atención de los grandes inversores y coleccionistas de arte protagonizando grandes transacciones con obras que han rondado los 10 millones de euros. Pese a ello, todavía se considera al continente africano como un mercado pequeño en comparación con otras regiones, sólo en 2014 la venta de piezas de arte africano superaron ampliamente los 25 millones de euros.
Te presentamos en este artículo algunas de estas obras que lograron engrosar la fortuna de algunos y las colecciones de otros:
8. Figura de cuatro cabezas Lega, Sakimatwematwe, R.D. Congo
Vendido por 2,21 millones de dólares (aprox. 1,75 millones de euros)
Al igual que el wusear de los pueblos Biwat de Papúa Nueva Guinea, el sakimatwematwe fabricado por la tribu congoleña Lega desempeñaba un papel importante en las ceremonias de iniciación. En particular, se utilizaba para iniciar a los hombres en la sociedad bwami, que dictaba su conducta y enseñaba lecciones de vida a través de aforismos. Estos aforismos estaban representados por el sakimatwematwe.
El caso que nos ocupa muestra cuatro cabezas, distintas entre sí y, sin embargo, inseparables, unidas por una pata de elefante sobre la que están todas. Se le conoce con el pegadizo título de «El señor de muchas cabezas que ha visto un elefante al otro lado del gran río». Se cree que representa cómo un solo cazador no puede matar a un elefante solo, sino que llega con otros miembros de su tribu. Esta llamativa estatua de madera con sus cuatro caras alargadas es, por tanto, un objeto de gran importancia espiritual, sólo igualada por su valor material tras ser vendida en Sotheby’s en 2010 por 2,21 millones de dólares.
7. Máscara Fang, Gabón
Vendido por 2,41 millones de euros
Al igual que la sociedad Bwami de los pueblos Lega, las tribus Fang de Gabón, Camerún y Guinea tenían sus propias sectas, subgrupos y hermandades. Entre ellas se encontraba la de los Ngil, una comunidad de hombres que se encargaba de promulgar actos de justicia al amparo de la noche y de las máscaras.
Las máscaras desempeñaban un papel fundamental en la sociedad fang: cuanto más elaborada era la máscara, mayor era el estatus y el rango en la jerarquía social. En consonancia con su misión retributiva, los Ngil llevaban algunas de las máscaras más intimidatorias de todas.
Este raro ejemplo de una máscara de estilo Ngil con aproximadamente 60 cm, y su cara alargada está diseñada para asustar a la gente que podría albergar malas intenciones. Este tipo de máscaras son increíblemente raras, ya que tan sólo se conocen 12 ejemplares en el mundo. Es por ello por lo que históricamente hayan tenido grandes resultados en las subastas, como en esta ocasión, cuya venta en la conocida casa de subastas Christie’s en 2018 superó los 2,4 millones de euros.
6. Máscara de muminia, Lega R.D. Congo
Vendido por 3,5 millones de euros
La sociedad Bwami, responsable de los fascinantes sakimatwematwe de cuatro cabezas, también tenía máscaras (muminia) como parte de sus ceremonias rituales y actividades de grupo.
Curiosamente, estas altas efigies de madera rara vez se llevaban sobre el cuerpo: aunque a veces se llevaban sobre la cabeza, lo más habitual es que se fijaran a la pared o a la valla de un templo o santuario. Se hacían no para disfrazar al portador, sino para impresionar a los demás iniciados de la sociedad con el tamaño, la escala o el diseño de su muminia. La máscara hace al hombre.
Sin embargo, desde 1933, los europeos que entonces gobernaban el Congo declararon ilegal la sociedad Bwami, y la producción de estos objetos parece haberse extinguido. Por consiguiente, el presente ejemplo es una de las tres máscaras tradicionales Bwami que se conocen en la actualidad.
Además de significar algunas de las consecuencias no deseadas de la colonización, esto también aumenta su valor material, como quedó demostrado cuando se subastó en Sotheby’s en 2014 por más de 3,5 millones de euros, multiplicando diez veces su valor estimado.
5. Figura relicario Fang, Gabón
Vendido por 3,79 millones de euros
El primer propietario de esta magnífica figura gabonesa fue nada menos que Paul Guillaume, un conocido marchante de arte parisino y uno de los grandes impulsores del arte étnico africano realizando algunas de las primeras exhibiciones de arte en la ciudad.
Al introducir este nuevo mundo del arte tribal en la capital francesa, Guillaume influyó indirectamente en algunos de los importantes artistas de vanguardia del siglo XX, como Henri Matisse, Pablo Picasso y Max Weber entre otros muchos. Los artistas e intelectuales europeos quedaron especialmente fascinados por el arte de los pueblos fang del África ecuatorial.
Entre los numerosos géneros de arte fang se encontraban los byeri, o esculturas de los antepasados, hechas a su imagen y semejanza, y utilizadas para invocar su espíritu en momentos de necesidad. Se cree que estas estatuas podían incluso estar sujetas a las cajas que contenían los restos del propio antepasado representado.
El presente ejemplo tiene la extraordinaria adición de anillos de bronce para encarnar a las pupilas, así como un orificio en la corona de la cabeza para permitir la inserción de plumas. Sin duda, llamó la atención de los coleccionistas cuando apareció en Christie’s en 2015, y el resultado de la subasta alcanzó los 3,79 millones de euros.
4. Estatua Ngbaka del mítico ancestro Seto, R.D. Congo
Vendido por 4,09 millones de dólares (aprox. 3,28 millones de euros)
Esta estatua está catalogada como una de las mejores obras maestras del arte Ubangi. La región Ubangi se extiende por el actual Sudán, la República Democrática del Congo y la República Centroafricana, concentrando un conjunto de sociedades con fuertes lazos culturales.
Por eso no sorprende que entre los propietarios anteriores se halle una impresionante lista de distinguidos coleccionistas de arte africano como Chaim Gross, Georges de Miré, Charles Ratton y Myron Kunin.
Dos de los bastiones de esta cultura eran la creencia en los espíritus y la importancia de la escultura. Todo ello se conjugó para producir algunas obras de arte increíbles, como esta figura de Seto.
Se creía que Seto era uno de los primeros antepasados míticos, entre los que crearon el universo, y desempeñaba un papel importante en las fábulas como embaucador. Habría tenido su propio santuario en las aldeas de Ubangi, donde se habrían utilizado estatuas y figuras suyas en ritos y ceremonias de culto.
Su historia cultural y la eminencia de sus propietarios, influyeron de manera determinante en que la estatua alcanzara un precio astronómico en 2014, superando los 4 millones de dólares en subasta.
3. La máscara Kifwebe de Walschot-Schoffe
Vendido por 4,21 millones de dólares (aprox. 3,75 millones de euros)
Se estima que fue creada en el siglo XIX y en décadas posteriores, la máscara Kifwebe de Walschot-Schoffel pasó a formar parte de una importante colección europea.
Jeanne Walschot, defensora del arte africano, la expuso en el Cercle Artistique et Litteraire de Bruselas en 1933, donde atrajo la atención de algunos de los más importantes intelectuales franceses de la época.
Esta hermosa máscara africana originaria del Congo está cargada de significado. Las rayas blancas pueden haber sido diseñadas para simbolizar la pureza, la sabiduría, la belleza y la bondad, aunque otras teorías sugieren que representan a la cebra, que, a pesar de no habitar en el territorio Songye, había adquirido un estatus mítico a través de los relatos compartidos entre las tribus.
Sorprende la sencillez de su diseño que, al mismo tiempo, resulta sutilmente hipnótico. Además, de su extraordinaria belleza que la convierte en una de las piezas de arte africano más valiosas vendidas en la última década, ya que se adjudicó en Christie’s en 2019 por más de 4,21 millones de dólares.
2. Estatua de Fang Mabea, principios del siglo XIX, Camerún
Vendido por 4,35 millones de euros
Ya había pertenecido con anterioridad a otros grandes coleccionistas de arte tribal africano como Félix Fénéon y Jacques Kerchache. Sólo se conservan apenas una decena de este tipo de estatua creadas por la tribu Fang Mabea de Camerún.
Con algo más de medio metro de altura, representa a uno de los ancestros venerados y adorados en su cultura. Con sus nítidos detalles y su suave tallado, la estatua encarna una de las mejores artesanías del arte africano, razón por la cual un comprador anónimo no dudó en desembolsar la inmensa suma de 4,35 millones de euros para añadirla a su colección cuando apareció en la prestigiosa casa de subastas neoyorquina Sotheby’s en 2014.
1. Estatua senufo, Deble, Costa de Marfil o Burkina Faso
Vendido por 12,04 millones de dólares (aprox. 9,66 millones de euros)
Esta estatua femenina senufo, es una de las cinco únicas figuras conocidas de este tipo, es extremadamente rara. Su intrigante diseño abstracto, que parece desafiar la gravedad, las formas onduladas y el abdomen sobresaliente que simbolizan el embarazo, así como el uso innovador del espacio abierto, contribuyen a que esta figura sea una de las mejores piezas de arte africano jamás producidas. Una de las características más valiosas es que se puede identificar a su creador: el Maestro de Sikasso fue un artista anónimo activo en Burkina Faso entre los siglos XIX y XX.
La estatua también tiene una impresionante historial de propietarios, ya que ha pasado por las manos de influyentes coleccionistas de arte africano como William Rubin, Armand Arman y Myron Kunin, quien finalmente desprenderse de ella como parte de patrimonio mediante una subasta en la prestigiosa casa Sotheby’s en 2014